domingo, abril 16, 2006

SALMO 27

27:1 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? 27:2 Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. 27:3 Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado. 27:4 Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo. 27:5 Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Me ocultará en lo reservado de su morada; Sobre una roca me pondrá en alto. 27:6 Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo; Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová. 27:7 Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo; Ten misericordia de mí, y respóndeme. 27:8 Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová; 27:9 No escondas tu rostro de mí. No apartes con ira a tu siervo; Mi ayuda has sido. No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación. 27:10 Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá. 27:11 Enséñame, oh Jehová, tu camino, Y guíame por senda de rectitud A causa de mis enemigos. 27:12 No me entregues a la voluntad de mis enemigos; Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad. 27:13 Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes. 27:14 Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová.